sábado, 24 de julio de 2010

Los Secretos entre “Amigos”.

Por / Francisco Martínez

Sentados bajo la sombra de una frondosa mata de mango, presenciando una que otra partida de dominó, el anote de los resultados en manos y narrando las malas y buenas jugadas de los involucrados en el juego, surgió entre uno de los allí presentes y yo, el tema de los secretos.

El joven que por cuestiones éticas no revelaremos su nombre, me confesó sentirse traicionado por uno de sus amigos más cercano, dado que esté reveló un secreto, que él le había confiado días anteriores.

Realmente no es la primera vez que esto sucede y estoy seguro que no será la última.

Repasando un poco la Historia Universal podemos darnos cuenta de cuantos amigos han traicionado la confianza depositada en ellos al pedirle que guardaran un secreto. Eso se ve a diario y no es raro ver escenas en donde él que confió el secreto, es cuestionado públicamente o hasta metido en un lío barrial porque un supuesto amigo suyo, no soportó mantener oculta esa información que le habían confiado, en definitiva, no pudo frenar su lengüita viperina.

Exactamente a las 5 y 40 minutos de la tarde del 15 de Julio, mi amigo traicionado se dio a la tarea de explicarme con lujos y detalles su infortunio

Aparentemente muchos no entendemos que un secreto, es sinónimo de información oculta, la cual es recomendable restringir su conocimiento a aquellas personas contrarias a nosotros, o sea, enemigas, las cuales logrando saber de su existencia, pudiesen quizás, usarla en desmerito o perjuicio de una persona o grupo social. Esto no es solo a los enemigos, sino también de aquellos que viven del chisme.

Esto así porque en la vida de una persona pueden existir secretos que de salir a la luz publica o de ser revelados, no la harían sentirse como el ser más feliz del mundo y muchas veces esos confidentes nuestros obvian este punto y nos delatan. Puede darse el caso de que padecen de impulsividad momentánea y no resisten las presiones y optan por hablar, también puede ser falta de ética o tendencia a sentirse poderosos con las confidencias ajenas o simplemente porque son personas incapaces de callarse a tiempo y lo revelan de manera inconciente.

Ahí quienes creen que revelando datos que solo ellos conocen los transformaría en seres queridos en el barrio. Cuentan secretos pensando que al contar algo que nadie sabe, se les considerará más importantes, sin saber quizás, que las demás personas dejaran de confiarles sus secretos. Todos los verán como soplones.

A veces no entendemos que las personas nos escuchan mientras descubrimos el secreto, pero que esa sensación de “Hice lo correcto, al decir lo que dije”, no es nada, comparada con el gran daño que podemos causar y con el sentimiento de culpa que puede resultarnos después por haber revelado una información secreta, sencillamente no entendimos que era elemental mantenerla oculta.

No es extraño ver casos de mujeres y hombres, que ante la venganza de un engaño o una infidelidad de su pareja lo desprestigian ante sus amigos o personas allegadas contando un secreto íntimo que lo ridiculiza o que hace caer su imagen ante los demás. Tal como lo explica el escritor Juan Francisco Delgado es algo así como, desprestigiarlo contando sus secretos como un modo de compensar las heridas que nos causó, “Un Chivateo por Venganza.”

Puesto que una de las cosas que causan más dolor, es la traición de un amigo en quien confiamos plenamente. El simple hecho de pensar en traicionar es ya una traición consumada.

La traición de los secretos confiados es algo muy repugnante y denota una personalidad totalmente inmadura. Señores… antes de ser pareja, existió una amistad, lo más terrible que puede suceder es el descubrimiento, la revelación de cosas que son verdaderamente personales, confidenciales y secretas. De forma similar, el chisme también es repugnante, por que igualmente puede ser una forma de decir y distorsionar secretos, es común que las informaciones cambien cuando pasan de boca en boca.

Ya pasadas las 11 de la noche del mismo día y luego de mucho analizar, llegué a comprender que existimos personas que confiamos de más en las otras y apostamos todo a que nunca nos traicionarán. Sin embargo, François de la Rochefoucauld, no dice algo realmente verdadero y que llama a meditación, “Como pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no los has sabido guardar.”

Recomendación:

Debemos de saber a quien o quienes le confiamos nuestros secretos. Puesto que tenemos la costumbre de que los secretos más grandes lo ocultamos siempre en los lugares más inverosímiles.

Otra cosa: a ti que te gusta revelar secretos ajenos….

Cuando una persona que realmente quieres te cuente un secreto, por más que ese secreto hiera a alguien que quizá quieres mucho más que la que te lo contó, nunca lo reveles, porque esa persona confió en ti. Recuerda que eres dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras.